Daniel Betancourth: Seductor hasta el final…
Daniel Betancourth: Seductor hasta el final…
Talentoso, perfeccionista y espontáneo, así es Daniel Betancourth Bejarano, un apasionado de la música, dueño de un atractivo que cautiva dentro y fuera de los escenarios.
Luego de 6 meses de ausencia en la vida pública y con dos exitosos materiales discográficos en el mercado, este joven intérprete, de 32 años de edad, no solo goza de un carisma contagiante, sino también de un corazón noble. «Mi público se merece lo mejor y esa es mi meta desde que aparecí en el 2007. Toda la acogida que ha tenido mi carrera se la debo a mi gente, a mi familia y a Dios. Yo solo soy un servidor», asegura entusiasmado y afirma que en su nueva canción ha puesto gran esfuerzo y dedicación. “Siempre trato de evolucionar, pero sin perder mi esencia. Este tema lo coprodujo un artista dominicano, quien también ha trabajado con Fonseca en su exitosa melodía Eres mi sueño».
Primero autocantor, luego cantautor
Daniel siempre intuyó que lo suyo era crear. «Desde que hacía bulla con las ollas de mi mamá, supe que quería ser músico. Una vez que se hartó de que le dañara su cocina, a mis 4 años, me compró una batería de los pitufos con la que jugué hasta decir basta. Desde ahí no me he soltado de la mano de la música. Cuando me gradué del colegio, ya había estudiado en un par de conservatorios, pues me encantaba encerrarme en mi cuarto y tocar guitarra, mientras componía», destaca.
Como en Guayaquil no tuvo muchas posibilidades para estudiar lo que quería, en la universidad se inclinó por el diseño industrial, carrera que siguió durante casi 2 años. «Al fin… un día mi papá se dio cuenta de que mi afición iba en serio y me envió al Miami Dade College. Pasaron 4 años y me gradué en voz de jazz con guitarra y piano, como instrumento secundario de especialización. Sin embargo, el sacrificio de estar allá fue duro porque como me fui solo, trabajaba para comprarme los libros y los instrumentos, podando césped, limpiando piscinas y cargando fierros. Esas experiencias me ayudaron no solo a forjarme como profesional, sino también como ser humano», comenta, mientras sonríe.
A su regreso al Ecuador estaba consciente de lo que se le venía: darse a conocer e imponer su marca. «Me encantaba empezar de la nada; por eso, junto a Jorge Luis Bohórquez, mi manager, trabajamos todo un año en sacar la primera canción, y en el 2007 Seductora salió a la luz y duró 6 meses en el mercado… A muchos no les gustó, pero logró ser un hit».
De su boca….
• “Mi padre supo sanar mis caídas de niño y de adulto. El ha sabido hacerme ver la vida como es”.
• “Soy inútil para conquistar. Cuando me gusta una chica me pongo torpe, no sé ni cómo acercarme”.
• “Cuando decidí hacer mi segundo disco, me propuse montar un show que ningún ecuatoriano haya hecho. Gracias a Dios, conseguí a Daniel Charif, un productor creativo que trabajó con muchos famosos, quien hizo realidad mi utopía de proyectar un imponente espectáculo que rompa esquemas”.
• “Quiero cantar en Tokio, pero como son ambiciosas mis aspiraciones voy a ir despacio”.
Una pasión que se nota
Los referentes musicales que han marcado a Betancourth son Los Beatles y Juan Luis Guerra, pasando por Willie Colón, Rubén Blades y Stevie Wonder. «Mezclas todo ese material en una licuadora y esas son mis influencias».
Convencido explica que siente una notable madurez profesional desde Seductora, su primer disco, hasta Sobran las palabras, su segundo material discográfico publicado en el 2011.
Gracias a los aciertos y desaciertos que este talentoso artista ha venido sorteando alrededor de su trayectoria profesional de casi 7 años, ha logrado escalar profesionalmente. «La experiencia de los conciertos, los consejos de la gente que me acompaña, los errores, los logros… han sido puntales para esta evidente evolución. Al escribir y producir mi último CD, traté de ser honesto conmigo mismo, como músico, sin ser egoísta con mis seguidores, componiendo algo que todos quieran escuchar. Asumimos el reto de subir esa barra estándar de la producción musical y fuimos a invertir a Estados Unidos, consiguiendo a un ingeniero de mezclas que es una eminencia dentro de este mundo», recalca.
En privado…
• Su alcahuete: “Mi madre”.
• Su confidente: “Mi hermana María Teresa”. •Su crítico más severo: “Mi ñaño”.
• Su amigo fiel: “Diego, mi perro”.
• Su héroe de ficción: “El Chapulín Colorado”
• Su héroe de la vida real: “Mi padre”
• Su artista para un dúo: “Juan Luis Guerra”.
• Su canción mimada: “Seductora”
• Su mujer ideal: “Una que me haga reír y que cocine delicioso”.
• Su pecado capital: “La gula”.
• Su adicción: “El chocolate”.
• Su encanto: “No lo sé porque no me considero guapo, peor sexy”.
• Su frase: “La justicia divina existe”.
• Su comida: “El seco de pollo con maduro frito”.
• Su estilo: “Gustavo Moscoso me asesora muy bien. Me gusta los colores oscuros, los jeans y las botas”.
De talla internacional
El intérprete dé Caramelito siempre soñó con llevar sus melodías a otros países y así lo hizo en Puerto Rico, donde comenzó su internacionalización con pie derecho, durante una intensa promoción, a finales del año pasado. «Me siento sumamente agradecido con el cariño que me brindaron, prometo seguir poniendo el nombre del Ecuador en alto… En Latinoamérica, nuestra cultura comparte cosas en diferentes formas y por eso hubo una conexión fuerte y bonita con el pueblo boricua de la isla. Fue un paso pequeño, pero muy importante para el plan que tengo trazado a futuro», efusivamente señala. Durante este semestre de ausencia en los escenarios, el romántico Daniel ha estado componiendo…»Creando mis nuevas canciones, para que se sientan reales. Lo nuevo fue escrito con un montón de amor y entrega, dándolo todo», aclara el cantautor, quien ha viajado a Estados Unidos para producir los pegajosos temas que va a presentar a lo largo de este 2013.
“Mi familia, mi Centenario”
Cuando habla de sus seres queridos y del barrio de su infancia, es inevitable que su mirada se ilumine y dibuje una tierna sonrisa en su rostro. Para este carismático compositor, el apoyo de los suyos ha sido el pilar fundamental para llegar hasta donde lo ha hecho. «Soy muy casero, muy familiar. Siempre tuve la compañía y el apoyo incondicional de mis padres, José Vicente y Guadalupe, y de mis hermanos, José Vicente, María Lorena y María Teresa. Al inicio, cuando practicaba mi música, me mandaban a callar, pero, poco a poco, entendieron que no era una locura, sino que esa era mi vocación y que estaba convencido de hacerlo».
Haciendo una retrospectiva, recuerda que los mejores momentos de su niñez fueron cuando jugaba con sus amigos tras una pelota en las calles del barrio Centenario. «Soy sureño de pura cepa. Mi madre nos haló de la oreja a todos y tomó la decisión de cambiarnos a Samborondón. Sin embargo, lloro cada vez que voy al sur porque vienen a mi mente tantas anécdotas inolvidables. Mi infancia fue tan libre, tan natural, tan increíble. Mi corazón es de allá», concluye el carismático músico.